9 Pautas y claves para escribir un libro

Todos en algún momento nos hemos enfrentado a la premisa o la pregunta siguiente: He decidido escribir un libro, pero… ¿Por dónde empiezo?

Tenemos la certeza de que habita en nuestra cabeza una historia que merece la pena ser contada, que puede ser relevante, que puede interesar a personas que tienen el mismo anhelo o necesidad que tú. Lo importante es siempre contar una historia que pienses de verdad que merece la pena ser contada, compartida con todo el mundo.

Escribir un libro no va de tener éxito, consiste en estar a gusto con uno mismo y expresar todo aquello que tienes en el interior. Si luego lo leen muchas o pocas personas no depende enteramente de ti.

Por lo tanto, escribir un libro se empieza sencillamente escribiendo. No hay misterio o clave, simplemente tener una historia en mente y ganas de contarla. Ahora bien, escribir un buen libro o una buena historia requiere de un esfuerzo, de una dedicación, de un procedimiento y metodología. Requiere rodearte de profesionales que estén de verdad a tu lado para asesorarte y aconsejarte lo que es mejor para ti y para tu futura obra. Tienes que creer en ti y tienes que creer en el buen hacer de la gente que tienes a tu alrededor, dejarte asesorar y elegir bien.

Esta elección, en la mayoría de los casos, la tomamos de manera rápida e impulsiva y no nos damos cuenta de que es una decisión importante. Con quien eliges andar el camino es importante. Es una relación de confianza que, seguramente, al escribir varios libros a lo largo de tu vida, se prologue en el tiempo. El tiempo suena a muy largo plazo, de ahí lo de la decisión importante.

Es muy importante elegir un buen editor y una buena editorial. Es importante confiar en el largo plazo de las relaciones, es fundamental que esa relación sea honesta y transparente. No vale alguien que te venda la moto, que te hable de resultados que ni ellos saben si van a llegar o no —a día de hoy no conocemos nadie que de verdad sea adivino.

Promesas sin fundamento, cortoplacistas, que lo único que pretenden es alimentar el ego del autor. Yo no firmaría con alguien que, desde el minuto uno, tiene muy complicado cumplir su promesa.

Es por ello que creamos Ana y yo una editorial, Durii Editorial. Queremos hacer las cosas de otra manera e intentar ayudar desde la sensatez y la honradez a todos aquellos escritores que decidan confiar en nosotros y depositen su obra, su joya, en nuestras manos. No somos mejores ni peores que nadie, solo queremos ayudar dentro de nuestras posibilidades y hacer un buen trabajo. Comprometernos con lo que podemos hacer y no ocultar aquellos aspectos que aún no podemos.

Es por ello que hemos preparado esta guía con el único fin de poder ayudar o dar claves a todas aquellas personas que puedan necesitarlo. Queremos enumerar las claves que todo autor debe tener en consideración cuando se pone delante de un papel en blanco para escribir un libro. Dar las pistas necesarias de lo que es bueno hacer y de lo que son, seguramente, malas prácticas. Evidentemente, podéis ampliar la información que aquí se recoge en otras fuentes y contrastarla. También podéis poneros en contacto con nosotros si tenéis alguna duda que os surge a raíz de esta lectura.

Regla 80/20

Es lo que se conoce como la regla de Pareto y que nos expone básicamente que en muchos aspectos de nuestra vida, el 80 % de nuestro éxito o resultados proviene solo del 20 % de tu esfuerzo. Por lo tanto, siguiendo esta teoría, es fundamental canalizar nuestros esfuerzos en algo concreto. Debemos definir previamente muy bien qué queremos hacer, cómo lo queremos hacer y cuál es el retorno que queremos conseguir con esta acción.

Resumiendo: solamente el 20 % de lo que haces importa.

Es altamente recomendable definir un esquema o una estructura previa a ponernos a escribir un libro. Tienes que tener clara cuál es la historia que realmente quieres contar. Tienes que tener cristalino qué mensaje o moraleja quieres transmitir al lector y cuál va a ser el género literario utilizado. Debes valorar si es necesario definir una localización y dotarla de profundidad de datos. Piensa si tu obra contiene personajes y define cómo son. Es muy diferente escribir un libro de poesía que una novela. Son dos mundos muy diferentes.

Si aplicamos la regla del 80/20 a nuestra obra nos daremos cuenta de que la idea y la estructura principal de la misma es casi lo más importante. Lo más importante y aún no hemos empezado a escribir nada. Puede parecer una locura, pero si reflexionas sobre ello, tiene más sentido y más profundidad de lo que a simple vista parece.

Documéntate o vive

Ya tenemos la idea, ya tenemos claro sobre qué queremos escribir y la estructura fundamental de nuestra obra.

Este apartado puede suceder anteriormente, de manera simultánea o posteriormente en función del tipo de libro. Seguramente si es un libro de poesía —que suele ser un género más experiencial — has necesitado vivir y sentir previamente a la idea. A ese famoso 80/20. Sin embargo, si tu libro es narrativa, esta fase se produce justo después de haber definido las líneas maestras y los personajes de tu libro.

No tengas prisa en esta fase, tómate todo el tiempo que necesites. Llegará un día, un momento en el que tú solo te sientas preparado para empezar a escribir. Por arte de magia todas las ideas, toda la estructura, toda la información recolectada, todas las vivencias de pronto comenzarán a encajar, a relacionarse, a tener sentido unas con otras.

Vive, lee, anota, sueña, sé creativo y experimenta. Esta fase está para todo eso.

Enfréntate a la resistencia de la hoja en blanco

Generalmente, todos nuestros miedos y nuestros límites residen íntegramente en nuestra mente, por lo que si únicamente están ahí, aunque no nos demos cuenta, somos capaces de luchar contra ellos para vencerlos.

Todo escritor, al principio de cualquier proyecto, experimentamos esa cruel resistencia a la hoja en blanco. No sabemos cómo empezar, no sabemos qué escribir, tenemos miedo al mundo, a todo, a nosotros mismos. Es una sensación que todos sufrimos en algún momento. Digo sufrimos porque, en ese momento, es la sensación que tenemos: bloqueo y sufrimiento. No nos vemos capaces de realizarlo, no vemos la luz al final del túnel, se nos ha olvidado hasta escribir.

Es una sensación, un pensamiento, un estado emocional absolutamente normal, normal.

¿Cuál es la mejor estrategia para combatir la resistencia?

Os pongo un listado de acciones claves e imprescindibles para poder superar este momento con éxito.

  1. Escribe, da igual qué, simplemente escribe. Deja correr la tinta a tu pluma.
  2. Encuentra y concéntrate en tus fortalezas, en todos esos aspectos que te apasionan y delega el resto. DELEGA y rodéate de profesionales.
  3. Filtra toda la información o vivencias todas las veces que haga falta para que al final te quedes con las pepitas que son verdaderamente importantes e impactantes. Si al leerlas dices, ¡WOW! Esas es la información o las vivencias que realmente merecen la pena.
  4. Crea una estructura sólida, una estrategia y un plan y no te salgas de ella. Si has invertido un tiempo muy valioso en elaborar un plan o una estrategia luego no tiene mucho sentido saltártela a las primeras dudas de cambio, ¿no?
  5. Repite los puntos 1,2,3 y 4 siempre que lo necesites.

Identifica a tu lector

No pretendas que todo el mundo te lea, no caigas en ese error, no quieras o desees eso. Es fundamental tener claro a quién va dirigido tu libro, cuáles son tus potenciales lectores. Si luego la vida o los astros te sorprenden pues bienvenido sea.

Esto es lo que en marketing se denomina audiencia o «target». Tener claro este aspecto te va a ayudar a decidir muchos aspectos de la obra y, posteriormente, del marketing y la difusión que vas a hacer de ella.

¿Qué lenguaje utilizo? ¿Qué género literario es el mejor? ¿Es una historia que realmente interesa a ese grupo de personas? ¿Cuáles son los mensajes que puedo lanzar para captar la atención y vender mi obra? ¿Dónde está mi audiencia? ¿Cuáles son las plataformas y canales mejores para llegar a ellos?

Para definir una audiencia lo que se suele hacer en marketing es crear lo que se denomina el concepto de «avatar». No entréis en pánico que es muy sencillo de realizar este ejercicio.

Un avatar no es más que tu lector ideal. Define de manera pormenorizada todos los aspectos claves de tu lector ideal. Te puede ayudar para definirlo el siguiente listado. No todos los puntos serán relevantes, pero al menos, considera cada uno de ellos.

  • Importa el género o es indiferente.
  • Dónde vive: en que país, en qué ciudad, en qué provincia. Tiene que vivir en un pueblo o es mejor que sea de ciudad.
  • Qué edad tiene.
  • Cuál es su nivel sociocultural.
  • Cuáles son sus aficiones.
  • Pertenece a algún grupo concreto o tribu urbana.
  • Qué lenguaje utiliza.
  • Dónde se relaciona con otras personas como él o ella.
  • Qué necesidad o necesidades tiene.
  • Dónde busca la información.

Podría haber seguro mucho más aspectos que se te ocurran. Cuanto más definido esté tu avatar mejor será tu audiencia y más conocimiento y control tendrás sobre ella para la toma de decisiones.

Una vez que has definido el avatar, lo único que tienes que hacer es buscar similares, personas que guardan el mismo perfil. Acabas de definir la audiencia ideal para tu libro, acabas de concretar el perfil de tu lector.

El camino del lector. La transformación A>B

Nuestra obra tiene un objetivo y define un camino para el lector. Siempre tenemos en la mente que queremos conseguir cuando alguien lee nuestra obra.

Qué queremos que obtenga el lector es la clave a muchas preguntas y muchas veces no nos lo planteamos. De ahí la importancia de lo que denominamos la transformación A>B.

A: Es el punto de partida del lector. El momento justo en el que se encuentra cuando adquiere tu obra, con sus condicionantes, con su historia, con sus necesidades. Esa necesidad tiene que ser común y hay que intentar analizarla en todas las personas que adquieren un ejemplar. Es el punto de partida.

B: Es la transformación del lector después de haber caminado y leído tu obra, tu libro. Es el destino al que quieres llevar al lector. ¿Qué cambio quieres que tenga el lector una vez leído tu libro? ¿Qué reacción quieres provocar en él o ella?

El viaje del lector para conseguir transformar A>B es fundamental y te puede dar muchas pistas de todos aquellos conceptos, historias o moralejas que debes transmitir y que deben estar implícitas en la obra.

Hazlo divertido

Sé original, cuenta la historia de una manera original, genuina, que tenga sentido. Volvemos a la teoría del 80/20. Concéntrate en conseguir que el lector al leer tu obra aprenda y se entretenga. Nadie lee en sus momentos de ocio cosas que le aburren. Nadie lee en sus momentos de aprendizaje textos que se indigestan de tanta densidad y aburrimiento. Tanto si te leen por ocio o te leen por un tema de aprendizaje debes encontrar el método o forma para que tu lector se divierta.

No existe una fórmula mágica o única y cada libro es un mundo. Habrá libros que la parte fotográfica y ese apoyo a la lectura sea fundamental. Otros quizás sea necesario un aspecto gráfico con esquemas e ilustraciones. Quizás otro sea importante el diseño y la estructura de la obra, la fuente elegida, la forma de escribir la obra…

Repetimos, no hay fórmula mágica, pero si hay ideas que se pueden implementar. El objetivo es que la experiencia de lectura sea lo más memorable posible, ayudando a transmitir de la forma más eficaz el mensaje, historia o aprendizaje objeto del libro.

Sin esquema no hay paraíso.

Lo hemos repetido anteriormente, no obstante volvemos a recalcarlo. Un esquema sólido y claro por parte del autor es gran parte de la clave del éxito. Un esquema bien hecho y ejecutado facilita enormemente la escritura de la obra. No queremos ser pesados, pero es una de las claves, de esas reglas que no nos podemos saltar.

Un esquema bien pensado y luego bien ejecutado te ahorra el 80 % de tu tiempo. Otra vez la clave 80/20, de nuevo debes reflexionar de manera inteligente, valorando tu tiempo.

Invierte tu tiempo de manera inteligente. Tu tiempo es oro y nunca vuelve.

Para crear un buen esquema piensa en la idea, piensa en el recorrido del lector y a dónde le quieres conducir, qué emociones le quieres transmitir y en qué orden. Escríbelo en una hoja, en Word o en Google Docs, da igual donde, pero hazlo.

Este esquema seguro que empezará siendo sencillo y a medida que nos adentremos en la idea, en la historia, se irá ramificando. Se irán generando sub-esquemas de cada punto, generando una complejidad y riqueza mayor. A mayor nivel de esquema, mayor complejidad quizás de la obra. Sin embargo, seguro resuelto de una forma sencilla para el lector.

Controlar la complejidad es tener el control sobre tus ideas y tu obra.

Visualiza el esquema

Una vez que has realizado el esquema y tienes claro y trabajado la estructura de tu obra, te será mucho más fácil escribirla. Para ello lo único que tenemos que hacer es visualizar el esquema y conectar los puntos.

Una buena técnica para ello es elaborar unas sencillas viñetas —a modo de borradores — contando la esencia de cada uno de los puntos del esquema. Una vez que tengas hecho esto lo único que tienes que hacer es conectar los puntos, las viñetas, unas entre otras. Ya verás como de repente en tu cabeza todo está extremadamente claro y aquellas temidas hojas en blanco se llenan de luz y clarividencia.

Elige bien a tu socio

Después de este largo camino, de esta reflexión y trabajo interior con uno mismo acabas de escribir la obra. Colocas ese último punto, un último carácter que da sentido y final a todo. Has acabado tu obra, ¡estás de celebración!

Tras ese momento de júbilo, de éxtasis, te impacta de golpe la siguiente pregunta. ¿Y ahora qué?

¿Cuáles son los siguientes pasos?

¿Quién puede ayudarme?

Lo primero de todo y nuestro consejo es que tengas los pies en el suelo y seas realista. Estás donde estás. Si eres conocido las puertas que se te abren y las posibilidades son unas y si eres menos conocido las puertas serán otras. No pasa nada, pero sobre todo no tomes decisiones precipitadas ni elijas socios que no quieren tu beneficio y que no son transparentes y no te cuentan toda la verdad. Parece una obviedad, pero en la realidad no es tan fácil de detectar.

Tenemos que ser realistas y autocríticos con nosotros mismos y saber perfectamente quienes somos y en qué punto nos encontramos. Teniendo todo eso claro será mucho más sencillo encontrar el socio perfecto para continuar tu viaje literario.

Lo hemos comentado anteriormente. Un socio, un editor no es una decisión que nos debemos tomar a la ligera. Es importante por varios motivos.

  • Transparencia e implicación con el autor y con su obra.
  • Asesoramiento personalizado de verdad. Actualmente, el concepto de personalizado está altamente explotado y mal utilizado. Infinidad de veces no es personalizado, no les interesan tus necesidades. Lo único personalizado es que tienen una plantilla, un procedimiento que lo adaptan rápidamente a ti. Puede parecer personalizado, pero si nos ponemos a reflexionar, quizás no lo sea tanto. Procedimentar está bien. Venderte un servicio encapsulado como personalizado no está tan claro que esté bien.
  • Tener los pies en el suelo. Si imprimes una tirada de 150 ejemplares de tu libro olvídate de estar en “no sé cuántas mil librerías de España”. No es real. No vas a estar. Con esa tirada de libros y tu bagaje como escritor es muy difícil que estés. No pasa nada, quizás algún día estés en todas las librerías. Simplemente, ten los pies en el suelo y que no te vendan la moto. Estará tu ISBN, estará tu obra bajo pedido. Eso sí. Que no te engañen.
  • Si piensas escribir varios libros, tu editor será una relación de larga duración.
  • Edita un buen producto y escribe una buena obra. Todo lo demás, si tiene que llegar, llegará.
  • Déjate asesorar sobre los servicios que necesitas y los que te convienen.
  • Delega en los aspectos legales y tediosos que no controlas y céntrate en lo que realmente eres bueno o buena que es escribir. (Otra vez la regla 80/20).
  • El marketing de tu obra fundamentalmente lo vas a hacer tú, sobre todo si no eres una persona pública. Un editor y una buena editorial te ayudará en ese cometido sin darte falsas expectativas.

Como ves publicar un buen libro o una buena obra requiere de mucho trabajo. Si somos inteligentes y valoramos los aspectos importantes de manera ordenada, puede que esta labor se simplifique sobremanera.

Esperamos que esta guía te haya podido ayudar, te haya dado diferentes pistas o claves de cómo debes escribir tu libro.

Te dejamos un resumen de todo lo anteriormente citado:

  1. Sé inteligente. Aplica la regla del 80/20.
  2. Documéntate o vive.
  3. Enfréntate a la resistencia de la hoja en blanco.
  4. Identifica a tu lector.
  5. El camino del lector. La transformación A>B.
  6. Hazlo divertido.
  7. Sin esquemas no hay paraíso.
  8. Visualiza el esquema.
  9. Elige bien a tu socio.

Si hay un libro o una historia dentro de ti, sácala.

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